La existencia de los antiguos pobladores se remonta a 12,000 años. Pertenece a la cultura Mochica o Moche (siglo III al VII D.C.) la renombrada cerámica realista («huacos retrato») y los llamados «templos piramidales» que demuestran el gran conocimiento de la arquitectura logrado por los mochica.
Durante los años 100 a 800 después de Cristo, en los valles del norte del Perú se forjó esta sociedad altamente desarrollada. La sociedad Moche es una de la que más conocemos en la actualidad. Desde hace muchos años ha llamado la atención de los investigadores por sus expresiones artísticas (los «huacos retratos»), decoraciones complicadas (en su cerámica), ricas tumbas (como la del «Señor de Sipán») y su esplendorosa y voluminosa arquitectura (como la Huaca del Sol y de La Luna).
Durante los años 30 y 40 el arqueólogo peruano Rafael Larco Hoyle (hacendado de Trujillo) estudió la cerámica Moche, determinando 5 fases conocidas como momentos históricos por los que pasó la sociedad Moche durante su desarrollo.
Fase I
Se caracteriza por la forma de sus vasijas y su tratamiento decorativo ornamental.
Presenta reminiscencias de la cultura Gallinazo, grupo cultural que se desarrolló en los valles de Virú, Moche y Chicama, y que la había antecedido. Estas reminiscencias se observan en los recipientes con doble pico y puente y el la pintura de algunas vasijas.
Las botellas son de tamaño pequeño, con asa estribo. Y los golletes terminan en un pico o vertedera con un reborde o bisel grueso, casi similar a los picos en las botellas Cupisnique.
Fase II
Se caracteriza porque la forma de los cuerpos se hace más alargada. El asa estribo se torna más alto y delgado, desapareciendo el reborde del pico. Perdura la decoración geométrica.
Fase III
Se produce durante el auge de la cultura Moche y su estilo adquiere una fuerte personalidad que lo hace único.
Se agranda el cuerpo de las botellas, y los golletes asa-estribo se hacen más finos y esbeltos. El asa va adquiriendo forma trapezoidal y el pico se vuelve corto.
Es la época en que aparecen los llamados “Huaco-retratos”, por el naturismo de sus esculturas y representaciones. Se pierde la decoración geométrica apareciendo una decoración figurativa o realista.
Aparecen las primeras escenas representativas del paisaje o escenas de Caza. En las vasijas se pintan escenas de las diversas vicisitudes de la vida material o mítica.
Fase IV
Esta fase coincide con la expansión del Reyno Moche hacia otros valles. Aquí, las botellas son más grandes, Los golletes y el asa-estribo adquieren una forma redondeada o ligeramente trapezoidal. Los picos son tubulares, rectos con bordes ligeramente afilados.
Los motivos se multiplican. Los vasos presentan personajes con turbantes, en cima de los cuales se incorporan representaciones de animales o figuras míticas en una suerte de divinidad protectora o “alter ego”. La escenografía comienza a mostrarse totalmente y las representaciones formales de rostros se van dejando de lado para dar paso a los motivos genéricos que representan escenas de guerra, armas, escudos, guerreros tomados prisioneros y otros temas de vencedores y vencidos.
Fase V
Es la última fase. Se desarrolla cerca del siglo VIII. Constituye algo así como el período barroco de la cultura Moche.
Los motivos y la decoración se pierden en la forma y el detalle ornamental. El tamaño del cuerpo de las vasijas se reduce. El gollete y el estribo se alargan. El pico tubular se torna más delgado, y de forma cónica. El asa se vuelve más trapezoidal. Las decoraciones incluyen toda la pieza, incluyendo el pico y el asa.
Dos elementos técnicos son resaltantes en la cerámica: Primero, el empleo de una fina pasta muy molida que conforma un antiplástico adecuado para dar versatibilidad. Y luego, el uso del engobe, que es una película de barro con pintura aplicada después de haber sido pulida. Así quedaron las lisas superficies sobre las que el artista Moche desarrollo las maravillas del mundo que su inteligencia percibío.
Considerando también que las primeras fases (I y II) son las de los inicios, las fases III y IV son la época clásica, y la fase V es la decadencia. Actualmente esta concepción de las fases está en discusión entre los especialistas, pues consideran que la fase V no es de decadencia, sino de transformación. El resultado de tal transformación sería lo que conocemos como cultura Chimú.