Existen alimentos capaces controlar los impulsos por seguir comiendo y que son incluidos en los planes dietéticos de pacientes que necesitan cuidar su peso o reducir sus niveles de colesterol.
Las fibras, los granos, las proteínas, las grasas vegetales y los alimentos termogénicos, tienen un gran poder saciante. «La capacidad de controlar la saciedad tiene que ver con el tiempo que tarda el alimento en ser digerido y en cuánto demora en llegar al estómago. Cuanto más tiempo se mantenga en la cavidad gástrica, mayor tiempo de saciedad ofrece«, explica la nutricionista Sara Abu Sabbah.
Sin embargo, la especialista aclara que este tipo de alimentos deben ser incorporados en la dieta habitual de la persona, y no pensando en que así se comerá menos.
Está el caso del rocoto o el ají amarillo, ambos con una potente capacidad termogénica, es decir, aceleran el metabolismo y con ello la quema de calorías. «No debemos pretender que sea un mecanismo para perder peso, muchos equivocadamente lo asocian con eso. Si bien incrementa el ritmo metabólico y contribuye con el gasto de calorías, no podemos pretender que una persona coma mal y luego compense comiendo más picantes».
Las carnes rojas, las nueces, las aceitunas, la chía, la linaza, entre otros, pueden ser incorporados en la dieta de personas que tienen dificultad para controlar su apetito, y la mejor forma de hacerlo es combinándolos con alimentos ligeros.
«Los alimentos que tienen un mayor poder de saciedad, son una herramienta que habitualmente los nutricionistas utilizamos. Todas las dietas, ya sea para perder peso, para bajar el colesterol o por alguna condición de salud (obesidad, diabetes), tienen que ser elaboradas necesariamente por el profesional nutricionista», afirma Abu Sabbah.