Una buena hidratación permite un óptimo funcionamiento del cuerpo. Mantenerse adecuadamente hidratado permite que el cuerpo funcione óptimamente, habrá menos posibilidad de fatiga, favorece la productividad y el rendimiento en estudio y trabajo.

El agua es el mejor líquido por excelencia, a más baja conviene frente al calor. Los jugos naturales, los refrescos, las infusiones, los lácteos, los helados, las cremoladas también contribuyen en la reposición de líquidos perdidos, pero estos deben ser de calidad nutricionalmente hablando.

El 25 % del agua que perdemos a diario reingresa con alimentos como las frutas y verduras, de manera que las más ricas en agua como la sandía, melón, cítricos, tomate, zapallo, lechuga, espinaca, también hidratan.

El 75 % del agua perdida es repuesta con los diferentes líquidos que bebemos y en términos de cantidad representa entre 6 a 8 vasos de líquido al día. No todos están habituados a beber todo este líquido y muchos otros no se percatan de cuánto líquido beben.

Es importante distribuir los líquidos a lo largo del día y no pretender beber varios vasos en un solo tiempo. Se puede ingerir hasta dos vasos de líquido por vez, que representa medio litro, de esta manera damos tiempo al cuerpo de utilizar eficientemente el líquido y no estimulamos la pérdida del mismo a través de la orina.

Las personas que practican deporte deben beber un vaso de líquido al menos media hora antes de empezar la actividad.

Si el ejercicio es intenso o la transpiración incrementa, el agua no es suficiente y se debe optar por una bebida deportiva -sobretodo- durante el ejercicio mediante pequeños sorbos. Si ya ha finalizado, es conveniente una bebida deportiva a partir de los 12 años o un jugo de fruta natural.

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