n estudio del Lightning Research Center del Instituto Politécnico de Renssealer, en Nueva York, encontró evidencia de que la excesiva exposición a pantallas retroiluminadas por la noche puede acabar por alterar los hábitos de sueño.
La investigación señala que estar por dos horas con la tablet o el smartphone prendidos durante la noche puede terminar afectando la producción de melatotina, reduciéndola hasta en un 22%, lo que provoca una alteración en los ritmos biológicos.
El estudio puede servir para crear dispositivos que sean amigables con los ritmos biológicos, de forma que nuestro sueño no se altere.
Fuente: El Comercio