¿Qué es y cómo cuidar la salud sexual?

El cuidado de nuestra salud sexual favorece que tengamos una mejor calidad de vida. Es un aspecto fundamental al que hay que atender, puesto que de ello depende también nuestra salud física, mental y emocional. Un buen indicador de salud es tener una vida sexual activa: la apetencia sexual aparece gracias a que existe un excedente de energía. Ese excedente implica haber cubierto las necesidades básicas como el alimento, el cuidado, la seguridad, etc.

¿Qué es la salud sexual?

Según la Organización Mundial de la salud (OMS), la salud sexual es: “Es un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia”. Así, cuidar de nuestra salud sexual supone comprender la importancia que tiene para nuestra calidad de vida.

A nivel biológico la descarga de energía sexual nos aporta grandes beneficios: interviene en la oxigenación del cerebro, en nuestro equilibrio hormonal, en la respiración y reducción de estrés y en la tonificación de la musculatura.

Emocionalmente, el sexo contribuye a un estado general de armonía, ya que ayuda a liberar hormonas y neurotransmisores como la oxitocina y las endorfinas, que tienen un papel fundamental en nuestro bienestar, sensación de placer y relajación.

Psicológicamente una buena salud sexual incrementa nuestra confianza y nivel de intimidad. Aprendemos a desarrollar mejor la amabilidad, la compasión; y experimentamos un aumento de autoestima, por lo que nuestros vínculos sociales y afectivos se fortalecen.


Lo primero que debemos saber es que preocuparte por tu salud sexual es cuidar tu integridad porque el sexo es parte de ello”, dice a RPP Noticias, Katherine Chávez, quien pertenece al Área de Orientación en Sexualidad de Apoyo a Programas de Población (Apropo).

Los consejos para cuidar de tu salud sexual están relacionados con actividades que habitualmente la población cree no están vinculadas al acto sexual como hacer actividad física o evitar tomar en exceso bebidas alcohólicas.

Es por ello que es importante, seamos hombres o mujeres, tomar conciencia sobre la necesidad de adquirir hábitos sexuales saludables.

Antes de mencionar lo hábitos que puedes practicar queremos que tengas en cuenta ciertos aspectos.

  • Las relaciones sexuales van más allá del aspecto genital, contribuye todo el cuerpo en su globalidad, ofreciéndonos la posibilidad de experimentar placer.
  • La relación sexual no se centra solo en la técnica de la penetración, no es lo más importante, ni es la finalidad.
  • Si hay medicamentos que interfieren en el deseo sexual, entonces hay que dedicarle más tiempo al encuentro sexual, siempre de una forma paciente y global.
  • No sobrecargarse de expectativas, ya que es necesario partir de un estado de relajación mental y abandonarse a las sensaciones que se produzcan.
  • Sentir seguridad física y espacial en el lugar donde se desarrolle la respuesta sexual. Contribuir a la intimidad y a que no haya distracciones.
  • Respetar y empatizar: no forzar las relaciones, comunicar y comprender los deseos de la otra persona.
  • Para que se produzca la excitación tiene que existir el deseo y una adecuada estimulación, esto permitirá la concentración y que se desarrolle el placer a través de todos nuestros sentidos.
  • Permitirse vivir y sentir las sensaciones. Esto supone abandonarse al encuentro, dejándose llevar con confianza y utilizar la misma confianza para tomar la iniciativa.
    Conocer la respuesta sexual desde el autoconocimiento y la consciencia. Somos los responsables de lo que sentimos y de nuestro placer.
  • Libertad para pedir y manifestar nuestros deseos, sin vergüenza y sin que nos limite ningún tipo de miedo.
  • Somos los encargados de poner nuestros límites, tomar decisiones, aceptar y rechazar sin sentir que podemos ser juzgados por ello. Aprender a decir que SÍ cuando queramos algo y a decir que NO cuando no lo queramos.
  • No aceptar imposiciones: cada persona vive su encuentro sexual acorde a la individualidad de su sexualidad.
  • Disfrutemos de nuestra libertad para experimentar placer.

Teniendo en cuenta los anteriores aspectos, como indicadores de lo que supone la salud sexual, entendemos que tenemos la libertad para manifestar nuestra sexualidad ya sea de forma individual o compartida. Lo importante es reconocer que tenemos un gran potencial para experimentar placer y podemos hacer uso de ello de una forma responsable.

Hábitos sexuales saludables

Es importante comprender que somos personas sexuadas desde que nacemos hasta que morimos, es algo que nos acompaña a lo largo de todas las etapas de nuestra vida y que no podemos descuidar.

  • Mantener una alta autoestima sexual: Así como comúnmente se recomienda a tener una actitud positiva y apreciativa respecto a sí mismo, también se aconseja lo mismo respecto a la sexualidad. “Querer tu cuerpo físicamente deriva en tomar buenas decisiones para cuidarlo”, explica Katherine Chávez de Apropo.
  • Conocer tus derechos sexuales y reproductivos: Para cuidar tu salud sexual debes conocer tus derechos, dice la psicóloga. Entre los temas relacionados a los derechos sexuales y reproductivos encontramos saber sobre los riesgos de las enfermedades de transmisión sexual y el acceso a los diferentes métodos anticonceptivos que mejor se adapten a la persona.
  • No exponernos a conductas de riesgo: Las conductas de riesgo son aquellas que ponen en peligro la integridad de la persona como por ejemplo tener sexo sin protección con varias parejas.
  • Tener inteligencia sexual: La inteligencia sexual está vinculada a tener autoestima sexual. Está relacionado a las conductas inteligentes como buscar información en centros de salud, también involucra asistir regularmente a los chequeos preventivos como los del VIH.
  • Establecer una comunicación fluida con tu pareja: El acto sexual no solamente debe ser seguro, sino también cumplir la satisfacción sexual de la pareja. Para ello no debe haber tabúes en una conversación sobre el tema.
  • Asistir a chequeos preventivos: Los análisis preventivos no solo están vinculados a las campañas gratuitas públicas, sino que la persona asista por lo menos una vez al año, a la ginecologa en el caso de la mujeres, o para los varones, al urólogo.
  • Evitar hábitos tóxicos: Un hábito tóxico que afecta tu salud sexual es fumar o consumir bebidas alcohólicas. Katherine Chávez de Apropo recomienda disminuir poco a poco este tipo de hábitos.
  • Practicar deporte: Realizar actividades físicas regulares es aconsejable. «No solo te mantiene en forma, sino que nos ayuda a liberar estrés», dice Chávez.
  • Realizar actividades sexuales seguras: Usar preservativos, ya sea condón masculino o femenino para evitar la infección de enfermedades sexuales, o usar métodos anticonceptivos para evitar el embarazo no deseado son prácticas seguras.
  • Eliminar los mitos sexuales: Algunos mitos vinculados al sexo que no permiten el desarrollo de una cultura sexual inteligente es seguir creyendo que la masturbación conduce a la disfunción eréctil o que el coito interrumpido impide un embarazo. «Antes de la eyaculación, el varón ya eyaculó un líquido preseminal que puede conducir a un embarazo, así que el coito interrumpido no puede ser considerado un método anticonceptivo», advierte Chávez de Apropo.
  • Conocer nuestros derechos sexuales: no tener conductas que nos expongan a alguna enfermedad de transmisión sexual o asistir a chequeos preventivos. Una especialista nos ofrece pautas para mantener una buena salud sexual.


La seguridad en tí mismo, el quererte como eres físicamente es la esencia de tener autoestima sexual y te ayuda a tener una mejor salud sexual.

El potencial sexual, que disponemos ambos sexos, es un recurso básico, para mejorar nuestra salud en todos los aspectos. La satisfacción, el amor, el deseo, el placer y el afecto contribuyen a crear una experiencia vital sana y útil para experimentar con una mayor intensidad nuestra sexualidad.

Recuerda, que reprimir o no atender a nuestra salud sexual supone descuidar nuestra capacidad para experimentar placer, supone limitar nuestros deseos y necesidades. No beneficiarse de este aspecto de nuestra sexualidad interfiere en la felicidad y amor que somos capaces de vivir.

Esperamos que tomes en cuenta estos aspectos y deseamos que tengas una buena salud sexual, consciente y responsable, ya sea de forma individual o compartida.

Fuente: Internet

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