La mayor parte de nosotros producimos más colesterol en nuestros cuerpos que el que consumimos en los alimentos, y el que se encuentra en la comida tiene un menor impacto que el que previamente se pensaba.

El colesterol es una sustancia grasa (un lípido) que puede encontrarse en algunos alimentos, pero también es producida por el hígado, es vital, porque se utiliza para producir estrógeno, testosterona, vitamina D y otros componentes vitales, y es trasladada por las proteínas en la sangre.

Hay además dos tipos de colesterol: el LDL o lipoproteína de baja intensidad (asociada con la grasa saturada) es «malo» porque se deposita en las paredes de las arterias y causa que se creen placas duras que pueden provocar bloqueos, resultando en ataques al corazón y derrames cerebrales.

Se puede reducir los niveles de colesterol siguiendo una dieta baja en grasas y alta en fibras. Estos son algunos consejos basados en la investigación del doctor David JA Jenkins, de la Universidad de Toronto, en las que se basa la dieta.

Para aliñar la ensalada utiliza aceite de oliva, rica en el ácido graso monoinsaturado que puede aumentar los niveles de colesterol «bueno» o lipoproteína de alta intensidad.

Se puede comer queso, aunque sea un alimento con elevado contenido en grasas saturadas y colesterol, pero come menos u opta por quesos bajos en grasas.

La carne roja no tiene más colesterol o grasas saturadas que el pollo, el pescado o la proteína vegetal, no tienes que eliminarla completamente, solo reducirla.

Las semillas contienen esteroles vegetales y estanoles, que imitan el papel del colesterol en el intestino y bloquean su absorción. También son una buena fuente de grasas más sanas monosaturadas y polisaturadas.

Las paltas tienen 20 gramos de ácido graso monoinsaturado y son uno de los alimentos que los estudios han encontrado que pueden reducir el colesterol malo al mismo tiempo que aumentan el colesterol bueno, junto con el aceite de coco.

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