La bolsa de plástico es el producto estrella de nuestra cultura comercial, el cual se usa y luego se tira, que malgasta grandes cantidades de materiales y energía para fabricar productos efímeros de un solo uso, muchas veces superfluos.
Ha cambiado mucho el mundo en la última década, y una de las cosas que han cambiado es la atención que pone la gente en el cuidado del medio ambiente y las regulaciones de los gobiernos para protegerlos.
De acuerdo con la Sociedad Océano Azul para la Conservación del Mar son 46,000 pedazos de basura plástica flotan en cada milla cuadrada de superficie del mar, y cerca de 100.000 mamíferos marinos y un millón de aves mueren anualmente al ingerirlos o quedar atrapados en su trama.
¿Por qué no debemos usar bolsas de plástico?
Las razones son de peso. Parques naturales, ríos, humedales y mares son contaminados a diario con estos implementos que tardan entre 400 y 1.000 años en degradarse. Es más, muchos de ellos terminan en los estómagos de aves, peces y mamíferos que comparten su hábitat con las bolsas y acaban engulléndolas al creer que son comida o al no tener cómo defenderse de ellas.
La Agencia Ambiental de Estados Unidos calculó hace un tiempo que se producen en el mundo entre 500.000 millones y un billón de bolsas de plástico por año.
Se puede resumir en las siguientes razones:
- El plástico es un material que se creó para durar, cuando se desintegra lo hace dividiéndose en pequeñas partículas que se mezclan con el entorno y tarda miles de años en desintegrarse.
- La mayor parte de las bolsas de plástico no se reutilizan ni se reciclan y acaban en los basureros o en el mar. Muchas especies de animales son afectadas y miles de especies marinas mueren al año por este problema.
- El petróleo es la materia prima con la que se producen las bolsas de plástico, es un recurso no renovable, costoso, cada vez más escaso y responsable de la emisión de gases de efecto invernadero, es decir, del cambio climático.
- Se fabrican a partir del petróleo, un recurso no renovable, costoso, cada vez más escaso y responsable de la emisión de gases de efecto invernadero, es decir, del cambio climático.
- Su reciclaje no es rentable: cuesta 100 veces más reciclarlas que producirlas nuevas.
- La mayoría acaba en el mar o quemada en las incineradoras y en los hornos de cemento. Se han encontrado bolsas flotando al norte del Circulo Ártico y en lugares remotos del Atlántico Sur.
- Contaminan durante su fabricación y su incineración (dioxinas, cianuro…).
- Algunas están impresas con tintas tóxicas.
- Tardan entre 150 y 1000 años en descomponerse.
- Su dispersión en la naturaleza causa mortandad de animales en el medio terrestre y acuático. Las tortugas, los delfines o los cachalotes, por ejemplo, se las comen porque las confunden con medusas y calamares. Es cada vez más frecuente encontrarlas en cadáveres de animales marinos porque provocan el bloqueo, irritación o laceración del tracto digestivo y reducen la cantidad de alimento que los animales pueden ingerir.
¿Qué alternativa existe para dejar de usar las bolsas de plástico?
Cada vez hay más alternativas sustentables para los productos del día a día y al uso del plástico. Las bolsas de plástico no son la excepción.
Para no usar bolsas de plástico hay varias opciones y algunas de ellas es el uso de bolsas de tela. Las bolsas de tela las puedes guardar y dobles sin problema. Si se mojan, no pasa nada porque se pueden lavar como cualquier otra prenda.
Dejar de usar bolsas de plástico no es una moda, es una necesidad
En los supermercados cada vez es más frecuente ver amas de casa, ejecutivos, jovencitas, estudiantes, trabajadores, en general gente que es consciente del perjudicial impacto de las bolsas al planeta, transportando sus compras en bolsas de telas de colores (las hay verdes, color tierra, naranja, camel) con ruedas, sin ruedas, bolsos de mano, etc.
Actualmente se están poniendo énfasis en las practicas ecológicas reflejadas en diferentes las estrategias publicitarias que tienen el objetivo de educar empleados y consumidores para reducir el uso de bolsas plásticas.
Todos deben sumarse a esta iniciativa. Una manera puede ser que cuando en la tienda de la esquina o en los supermercados de cadena el empacador pregunte al comprador si necesita bolsa, pensando en el bien del planeta, todos responder: “no, gracias”.
Si todos ponemos nuestro granito de arena le haremos mucho bien al planeta, nuestro hogar y el de muchas especies naturales que conviven con nosotros.
Fuente: Internet
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