Al ritmo de las olas siempre paseamos por el muelle, aquel muelle que guarda muchas historias en cada una de sus tablas, pero no es cualquier muelle en una playa más del mundo, nos referimos al muelle de Huanchaco, formado por tablas fuertes y resistentes de madera, manteniendo un contacto entre el mar y la arena.
Se inicia por una plataforma desde la plaza ubicada en la orilla de la playa, con 110 metros de longitud, por más de 120 años este muelle guarda historias de amor eterno que se juraron alguna vez muchas parejas al mirar el atardecer, a su vez fue el refugio para muchos pescadores que tienen un fácil acceso al costado de las glorietas, en un nivel más bajo que les permite realizar sus tradicionales faenas. Dependiendo de las fechas cívicas el muelle de Huanchaco tiene una diferente decoración, siempre manteniendo su esencia arquitectónica; es imperdonable ir a Huanchaco sin visitar su muelle, también encontramos algunas bancas para que puedan entablar una conversación, sintiendo esa adrenalina fuerte de los golpes del mar, tiene una vista panorámica donde nos permite observar algunas diversas maniobras que realizan los usuarios de los caballitos de totora, un pequeño contacto entre el mar y nuestro ser nos exige realizar pescas para aprender una actividad tradicional. Todas las experiencias vividas y por vivirse son maravillosas casi indescriptibles, en la época de año nuevo donde la mayoría de personas acuden al muelle para prometerse lealtad eterna sin importarles la hora, muchos de ellos prefieren tener un momento romántico o simplemente una anécdota para recordar en la fría madrugada. La visita al muelle no tiene estereotipo de edad, podemos ver unos adolescentes decididos a enamorarse o personas adultas recordando y reafirmando su amor, este escenario se puede prestar para múltiples anécdotas; pero la mayoría coincidimos en que no existe lugar más romántico en Huanchaco que su muelle tapado por el atardecer. Si bien es cierto tiene un valor turístico, pero a su vez es el lugar casi perfecto para reflexionar y admirar la belleza de nuestra ciudad.
Como todo distrito siempre está rodeado de críticas negativas o constructivas para mejorar el desarrollo de su balneario y, para fortuna de todos Huanchaco sigue mejorando y aquel muelle que alguna vez compartió tristezas, alegrías, amoríos y esperanzas hoy nos demuestra que su construcción sigue más firme que nunca.