Las siestas durante 40 minutos o más se vinculan con incremento de desarrollar síndrome metabólico, un conjunto de problemas de salud como presión arterial alta, colesterol alto, exceso de grasa alrededor de la cintura y azúcar en la sangre. Estar muy cansado durante el día también se relacionó con mayor riesgo de síndrome metabólico.
«Echar siestas está muy extendido en todo el mundo, señala el autor principal, Tomohide Yamada, especialista en diabetes en la Universidad de Tokio, Japón. Por lo tanto, aclarar la relación entre las siestas y la enfermedad metabólica podría ofrecer una nueva estrategia de tratamiento, especialmente ya que la enfermedad metabólica ha ido aumentando constantemente en
Dormir la siesta durante 90 minutos parecía aumentar el riesgo de síndrome metabólico en hasta un 50 por ciento, al igual que estar excesivamente cansado o somnoliento durante el día. Había un ligero descenso o disminución del riesgo de síndrome metabólico entre los que echaban una siesta durante menos de 30 minutos.
«El sueño es un componente importante de nuestro estilo de vida saludable, así como la dieta y el ejercicio», apunta Yamada. Las siestas cortas podrían tener un efecto beneficioso sobre nuestra salud, pero aún no se sabe la fuerza de este efecto o el mecanismo por el que funciona».
Según Yamada, las futuras investigaciones deberían tratar de identificar los posibles beneficios cardiovasculares de las siestas cortas, así como el mecanismo por el cual las siestas largas, la somnolencia diurna y el síndrome metabólico se influyen mutuamente.
Este estudio incluyó datos de más de 300.000 participantes, los datos también dependían de la información aportada por los participantes, en lugar de medir objetivamente el tiempo de sueño en un laboratorio o con un sistema de seguimiento del sueño.