En la situación actual del sector salud a nivel mundial se viven dos realidades paralelas que coexisten conforman la estructura de procesos y servicios que esta ofrece a los pacientes: El crecimiento y la tecnificación imparable de procedimientos médicos y de técnicas diagnósticas (incluidos la robotización de algunos procedimientos verdaderamente complejos); los avances sorprendentes en los materiales de uso clínico (algunos de ellos generados con impresoras 3D), el uso de medicamentos inteligentes o la terapia genética; y por otro, el contraste con métodos organizativos tradicionales y burocráticos, con procesos de negocios lentos, inflexibles, y en la mayoría de los casos, aislados y desconectados de su realidad.
Por ejemplo, los hospitales más modernos, con instalaciones de construcción futurista, sofisticadamente equipados e interesados en conceptos modernos de gestión, parecen caminar con pies de barro cuando lo miramos desde la perspectiva de la transformación digital. Pareciera que los gestores de estos hospitales hubiesen preferido el camino corto. Como si hubiesen comprado un nuevo traje tecnológico para vestir los viejos procesos del siglo XIX, sin entrar realmente en pensar en la naturaleza misma y la razón de ser de la organización, con la mirada puesta en el siglo XXI.
Para definir una estrategia digital resulta imprescindible tener una visión completa de los retos a los que nos enfrentamos en la relación con nuestros pacientes (visión externa) y cómo podemos satisfacerlos de la forma más eficiente, ajustando la forma en que hacemos las cosas (visión interna). Sin este enfoque integral, corremos el serio riesgo de ejecutar acciones parciales y/o desconectadas entre sí.
Desde luego, cualquier iniciativa de transformación digital no solo debe estar “alineada” con la estrategia del hospital, sino estar inmersa y ser parte misma. Los hospitales necesitan enfocar lo digital desde lo estratégico si quieren que realmente sea una palanca de transformación y cambios reales, y ser un líder del presente y del futuro. No se trata de un “problema tecnológico”, sino esencialmente de un cambio en el mindset, es decir de mentalidad.
La tecnología, lejos de alejar, puede y debe humanizar “encuentros” y facilitar intercambios médico-paciente, con comunicación segura y confidencial médico-paciente.
Las empresas dedicadas a las salud son diferentes en todo el mundo y se mueven a diferentes velocidades, dependiendo del país, del marco legal, de la agenda política, de la organización individual, del papel en el ecosistema y de los objetivos precisos de la transformación digital dentro de cada contexto individual: Desde el aumento de la centralización del paciente en los hospitales y la mejora de las condiciones de la fuerza de trabajo hasta nuevas formas de atención, por ejemplo, la vigilancia remota de la salud aprovechando la computación en nube y la Internet de las cosas.
La transformación digital en el sector salud no se trata sólo de las evoluciones tecnológicas, se trata de los desafíos que necesitamos abordar en la asistencia sanitaria en todo el ecosistema y en todos los aspectos, la innovación y la construcción de un futuro de asistencia sanitaria viable, aprovechando todas esas tecnologías y fuentes gigantescas de datos e información predominantemente no estructurados.
Estos son algunos desafíos de la salud, que impulsan las agendas de tecnología de transformación digital:
- Seguridad y datos de pacientes.
- Mejorar las vidas de pacientes y personas.
- El envejecimiento de la población.
- Paciente-centric (el paciente como referente central)
- Movilidad de la atención domiciliaria y remota a la salud móvil e inalámbrica
En la economía actual de la eficiencia, no podemos dejar de notar que con demasiada frecuencia la eficiencia y la productividad del personal se ve principalmente desde un punto de vista de costos y la perspectiva de atención se pierde, pues los pacientes se sienten en un entorno de fábrica.
Si no invertimos en personas que son expertos en la dimensión humana de la atención y nos centramos demasiado en la perspectiva digital, la eficiencia y en trabajadores con nuevas habilidades, intercambiaremos eficiencia en la atención sanitaria en un área para un aumento de costos en Otro: junto con las enfermedades crónicas, los problemas mentales están entre los de más rápido crecimiento y los últimos toman más de Big Data, IoT, remedios rápidos, tecnología, wearables, monitoreo remoto o píldoras para resolver.
La reducción de costos en hospitales, residencias, consultorios médicos y productos farmacéuticos está ayudando a impulsar la adopción de la tecnología. El bienestar del paciente se está sumando al impulso, con los dispositivos conectados on line, a la Internet.
Los médicos no son los únicos que pueden aprender del análisis de datos. Las compañías farmacéuticas llevan a cabo pruebas de medicamentos con personas, que no tienen absolutamente ninguna visibilidad. El control remoto de los efectos secundarios sería de una gran utilidad, ya que las farmacéuticas necesitan una visión general de lo que está sucediendo a sus pacientes.
Otro de los temas a destacar son los wearables, es decir, aparatos o dispositivos electrónicos que se incorporan en nuestro cuerpo con el fin de interactuar con el usuario para realizar una función concreta. Esta clase de tecnología puede brindar a los médicos y al sector de la salud en general, una mayor transparencia de sus pacientes ya que realizan un seguimiento de sus actividades, de acciones que se puede rastrear, medir, etc.
El uso de la tecnología digital, también se puede aplicar para los dispositivos integrados. Hay compañías que cuentan con un pequeño dispositivo que se puede insertar al lado del corazón y de esta manera, conseguir predecir un ataque, con hasta tres semanas de anticipación. Los profesionales médicos que monitorean esta clase de dispositivos, pueden intervenir mucho antes, en cualquier circunstancia y así, evitar daños colaterales.
Estos dispositivos pueden estar en todas partes: se pueden llevar, pueden estar integrados, se pueden tener junto a una cama o en la misma sala de operaciones y todos deben estar conectados para, de esta forma, analizar los datos y así conseguir mejorar la atención del paciente.
En definitiva, la eficiencia operativa es un gran beneficio de cualquier transformación digital, ahorrando dinero a hospitales y profesionales de la salud. Sobre todo mejorando la atención a los pacientes, haciendo más eficaces los tratamientos, acercando al médico, a la institución a los pacientes y anudándoles a su recuperación.
Se pueden hacer grandes cosas con los datos y la tecnología existente, generando una gran cantidad de servicios digitales de salud de un valor incalculable en donde el paciente sea el más beneficiado y valorado.
Fuente: Internet
Click aquí: «La tecnología digital y la familia, un aspecto delicado que debe tratarse con responsabilidad».
Click aquí: «Salud: Tecnología del futuro»