Cuando llega el verano también también llegan las infecciones en las personas. Esto porque la elevación de la temperatura favorece el acumulamiento de bacterias, virus y parásitos en espacios corporales reducidos en donde no hay buena ventilación, como son en las partes íntimas que tienen acceso directo al tracto urinario.
Las mujeres son el grupo humano particularmente más afectado por una característica anatómica en especial. “La uretra femenina es más corta, lo que la hace más vulnerable al ascenso de bacterias por la vía urinaria inferior”.
Las infecciones de orina se producen cuando los gérmenes contaminan la orina y se reproducen dentro del tracto urinario.
Puede provocar una serie de síntomas, como dolor o escozor al orinar, molestias en el la zona baja del abdomen, sensación de urgencia para orinar, ganas permanentes de hacerlo o impresión de no haber finalizado.
La causa de esta infección son las bacterias. Lo más habitual es que el E-Coli, presente en el intestino alcance la uretra, y provoque una infección urinaria, que a menudo deriva en una cistitis o inflamación de la vejiga. La anatomía femenina hace que sean más habituales entre las mujeres. Según una publicación de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), la mitad de ellas puede sufrir una infección del tracto urinario a lo largo de su vida.
Si la infección de orina alcanza la vejiga, estaremos ante una cistitis; si afecta al riñón y la zona pélvica renal, se trata de una pielonefritis. Suele ser un agravamiento de la cistitis y suele venir acompañada de fiebre. Si la infección se encuentra en la uretra, será una uretritis y en la próstata, en el caso de los hombres, se produce la prostatitis.
Factores que predisponen a las infecciones en las vías urinarias
Hay algunas situaciones que hacen que las infecciones urinarias sean más probables. Algunas están relacionadas con la anatomía, como en el caso de las mujeres, que sufren más porque su uretra es más corta que la de los hombres, lo que hace que la vejiga esté más expuesta. También, por la proximidad a la vagina y el ano.
Pero existen otras situaciones desencadenantes:
- Mala higiene íntima. Por exceso como por defecto. Hay productos de uso íntimo o desodorantes vaginales que pueden desencadenar una infección de orina por alteraciones del ph.
- Baños en contacto con superficies o aguas contaminadas con microorganismos, estancadas, etc.
- Las relaciones sexuales. Los especialistas consideran que las mujeres sexualmente activas son más proclives y que el riesgo aumenta con una nueva pareja. Existen además algunos espermicidas y diafragmas que pueden producir infecciones. También hay prácticas sexuales de riesgo.
- Los cambios hormonales como el embarazo o la menopausia pueden desencadenar infecciones urinarias, por cambios en las vías urinarias.
- Uso de sondas y catéteres. Las infecciones de orina a menudo se producen entre personas ingresadas en hospitales y que han estado conectadas a una sonda o un catéter…
En general estas afecciones son más frecuentes en todas las situaciones que impidan el vaciado total de la vejiga y cuando los períodos de espera entre micciones son muy largos.Aunque estas son más frecuentes entre las mujeres, pero las infecciones de orina también afectan a los hombres y cuando las padecen, suelen ser casos más graves.
Las infecciones de orina se dan en hombres en “dos picos de incidencia”: A lo largo de su primer año o después de los 50, relacionadas con “patología prostática o con manipulaciones urológicas”. Un 12% de los hombres sufrirá una infección urinaria a lo largo de su vida y más probablemente a partir de los 50 años. A diferencia de las mujeres, los hombres sufren infecciones más frecuentemente en órganos distintos a la vejiga; en la uretra durante la infancia, asociada incluso a la fimosis, y en la próstata, en la madurez.
Riesgos de las infecciones urinarias no tratadas
Las infecciones de orina no tratadas pueden provocar graves problemas de salud e incluso una septicemia; una infección multiorgánica y generalizada que puede provocar la muerte. El hecho de que sean frecuentes no las hace menos peligrosas. Aquí te detallamos algunos de los riesgos:
- Infecciones recurrentes. Sin tratamiento, esta dolencia puede prolongarse, con dos o más infecciones de las vías urinarias en un período de seis meses, o cuatro o más en un año.
- Daño renal permanente derivado de una pielonefritis grave.
- Durante el embarazo, puede provocar que el bebé nazca con bajo peso o sea prematuro.
- Septicemia, una complicación de las infecciones que puede provocar la muerte, especialmente si se extiende hacia los riñones.
Los especialistas en urología, sostienen que la poca ingesta de líquidos produce orinas más concentradas, disminución de la frecuencia miccional, lo que predispone a la persona a la colonización de la vía urinaria por bacterias y formación de cálculos.
¿Cómo prevenir las infecciones en las vías urinarias?
- Bebe mucho, sobre todo agua. Diluirás la orina y orinarás con mayor frecuencia, lo que permite expulsar las bacterias de las vías urinarias.
- Límpiate desde adelante hacia atrás. Evitarás que las bacterias del intestino se propaguen.
- Vacía la vejiga poco después de tener relaciones sexuales. También bebe un vaso lleno de agua para ayudar a expulsar las bacterias.
- Evita utilizar productos íntimos potencialmente irritantes.
- No uses ropa sintética o ajustadas en épocas de calor, en especial, en la zona pélvica.
En caso se presente algún síntoma o malestar, la automedicación nunca es una opción. La visita a un médico es la mejor alternativa.
Fuente: Internet
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