A veces nos preguntamos qué es lo que se puede combinar con un ramo de flores y varias respuestas aparecen: ¿Champagne? ¿Vino champanizado? ¿Vino? ¿Otras flores? ¿Ropa? ¿Lencería íntima? Pero pocas veces actualmente aparece la palabra “Chocolate”.
Antes, cuando no existía ni el mínimo nivel desarrollo tecnológico mundial, había que buscar cualquier recurso para que las flores encajaran bien, y el que combinaba con excelencia era el chocolate.
Para entender el chocolate tenemos que hacer referencia a las consecuencias sobre nosotros. En los humanos existen hormonas de alegría que se llaman endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina. Según los investigadores son el cuarteto perfecto para la felicidad y pueden actuar juntas o por separado. Ahora bien, ¿Cómo se activan? Básicamente bajo estímulos químicos, auditivos, visuales, entre otros, y el chocolate es uno de los primeros estimuladores químicos por excelencia.
En términos generales lo que queremos cuando obsequiamos un ramo de flores es básicamente la alegría que produce el estímulo visual y algunas veces el olfativo. Sin embargo, cuando le agregamos chocolates, la felicidad puede traducirse como plena, ya que estamos atacando las hormonas antes mencionadas por todos los flancos.
Entonces ¿Cómo armamos ese mega obsequio que representan las flores y el chocolate? Es sencillo, pero tienes sus detalles. Primero, hay que tener en cuenta que quien regala este combo tiene intereses de acercamiento sentimental o corporal, por tanto, no es un obsequio para familiares sino para esa persona que te hace suspirar. Segundo, el chocolate funcionará si el arreglo floral al menos es del agrado de quien lo recibe, y tercero, hay que tener cuidado de que la persona a la que se le va a obsequiar no sea alérgica al chocolate o a las flores.
El arreglo floral debe ser sencillo pero detallista. Se pueden considerar rosas rosadas o rojas, orquídeas o lirios blancos, en números de 3 a 6 unidades, envueltos en papel translucido rosado o blanco, con flores muy frescas. El chocolate puede ser bombones típicos, chocolate en barra o esculturas comestibles de chocolate amargo, con leche o blanco. La sorpresa siempre hablará por sí sola cuando sea descubierta por quien la recibe.
Existe otra opción que también ayuda y es regalar flores, pero tomar chocolate caliente en noches frías. A pesar de que no es de barras, la sustancia per se activa eso que tanto queremos para sobrellevar el momento. Por tanto, hay que aprovechar el vehículo que nos activa las hormonas de la felicidad para proporcionar alegría y paz, las cuales son sensaciones ampliamente estables cuando las sabemos manejar.
Es importante destacar que el arreglo mientras más solitario sea es mejor, es decir, no acompañarlo con otras flores para que la pureza del detalle no pierda fuerza. Entretanto, usa el impulso para generar conversaciones en donde el que obsequia también genere alegría por medio de sus palabras, y si son para divertir, mejor. Con todos estos detalles a considerar es probable que la otra persona te acompañe para toda la vida.