La ingesta excesiva de alcohol puede alterar el ritmo con el que los tejidos se sincronizan para realizar funciones fisiológicas como la alimentación, lo que puede provocar diversas enfermedades, reveló una investigación del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México.
Iván Villanueva Becerril, investigador de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB), explicó que el alcohol puede provocar alteraciones en los ciclos circadianos, lo cual incrementa el riesgo de sufrir sobrepeso, irritabilidad, deficiencias cognitivas, resistencia a la insulina y diabetes mellitus tipo 2.
El especialista explicó que los ciclos circadianos son cambios fisiológicos que ocurren cada 24 horas en el organismo, en el que intervienen y se sincronizan los tejidos del cuerpo para cumplir funciones específicas.
El ritmo circadiano permite que la actividad de los diferentes procesos fisiológicos coincida con los momentos apropiados del ciclo ambiental de luz y oscuridad. «Sin embargo, los resultados mostraron que tras una intoxicación de alcohol, las fases circadianas tardan más en completarse y en iniciar el próximo periodo», detalló Villanueva Becerril.
El investigador realizó experimentos con ratas, en donde comprobó que la ingesta etílica favorecía la actividad gabaérgica cerebral, un mecanismo que reduce la actividad neuronal y estimula el mecanismo inhibitorio.
«Encontramos un efecto significativo del alcohol, que consiste en alargar levemente los ciclos endógenos del organismo; en lugar de cumplirse en 24 horas, lo hacen en 25,5», especificó.
Si se pasara esta situación a los humanos, la intoxicación tendría más impacto por la mañana que por la noche.