Una de las experiencias más significativas en el ámbito laboral es el primer día de trabajo, el primer día está lleno de expectativas no sólo para el profesional sino para la organización, así como para quienes serán los subordinados o jefes.

El profesional viene de lidiar con otros candidatos para un determinado puesto; lo han sumergido a prueba mediante una serie de evaluaciones cuyos resultados, finalmente, lo han designado como el mejor candidato a ocupar el cargo para el que postulaba y sin la menor duda, se siente orgulloso de este logro, pero, es importante tener en cuenta los siguientes tips:

1. Denotar confianza y humildad. Reza el dicho que la primera impresión es la que cuenta y no hay duda de ello, porque no hay mejor postura que la de ser honesto para los jefes y subordinados: ellos quieren justamente lo mejor de uno mismo como alguien transparente y sencillo.

2. Ser abierto y amable. Saludar con firmeza, mirar a los ojos y sonreír a quienes recién se conoce son los puntos claves, con esta actitud se debe hacer saber a los demás que son importantes para ti. Este es el primer paso para generar empatía y desarrollar relaciones laborales fuertes en el tiempo.

3. Escuchar opiniones. Por más experiencia que el profesional tenga en el área donde va a laborar, debe permitir que los demás tengan la oportunidad de dar sus opiniones acerca de lo que sucede y observar los procesos de manera reflexiva.

4. Pedir sugerencias. Se debe pedir a los colaboradores que le enseñen cómo funciona la organización y sus procesos. El profesional de vez en cuando debe dejarse llevar por estos, escucharlos y sacar sus propias conclusiones, es importante mencionar que para generar empatía debe existir sinergia entre los jefes y subordinados.

5. Ser puntual. El primer día, sobre todo, se debe dar el ejemplo; pero no exagerar, estar unos minutos antes de la hora oficial es lo recomendable, sobre todo con la persona quien lo va a presentar y a guiar por las diferentes áreas. Esa misma actitud debe ser el común denominador de los siguientes días de trabajo, con esta actitud, el profesional va a demostrar a sus superiores o subordinados que es una persona íntegra y de principios.

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