El té verde es una bebida milenaria, cuyas propiedades fueron descubiertas por las culturas orientales. En los últimos años, su consumo es bastante difundido en esta parte del mundo, gracias sus distintos beneficios para la salud.

El té verde puede prevenir el desarrollo de diabetes, ayuda a acelerar el metabolismo y es un poderoso antioxidante. A estas conclusiones se llegaron luego de que distintas universidades analizaran sus componentes y efectos en las personas.

Un estudio realizado en la Universidad de Kyushu, Japón, determinó que el té verde contribuye a bloquear ciertos componentes que activan las alergias estacionales. Esto gracias a la acción de las epigalocatequinas, que fortalecen nuestro sistema inmunológico y evitan que los virus actúen en nuestro organismo.

De acuerdo a un estudio de la Universidad Nacional de Seúl, en Corea, el té verde ayuda a frenar la caída del pelo. Los investigadores analizaron los efectos de las catequinas (compuesto del té verde) sobre los folículos pilosos y concluyeron que desempeña un papel fundamental en el crecimiento capilar.

El té verde, además, posee propiedades anti estrés. Esto debido a que contiene un aminoácido llamado L-teanina, cuyo efecto principal es la relajación, sin provocar somnolencia. Además, aumenta la producción de un neurotransmisor cerebral conocido como GABA, que reduce la excitabilidad provocada por el insomnio.

Otra de las propiedades más difundidas del té verde es que ayuda a bajar de peso, gracias a sus propiedades termogénicas, que aceleran el metabolismo. Además, este mismo efecto favorece la quema de grasas y a disminuir los niveles altos de colesterol en personas con sobrepeso.

El té verde, incluso, puede ayudar a disminuir el riesgo de padecer cáncer de próstata. Así lo reveló una investigación de la Universidad McGill en Montreal, Canadá, tras analizar a un grupo de adultos entre 40 y 69 años. Aquellos que bebían tres tazas en promedio, disminuyeron notablemente la aparición de células de esta enfermedad.

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