China se ha convertido en el primer país capaz de extraer del fondo marino “hielo combustible”, una materia prima que según sus científicos puede ser la gran fuente de energía alternativa del futuro, aunque otros advierten sobre sus peligros.

El hielo combustible es una materia que combina moléculas de agua y gas natural y se encuentra en aguas marinas a gran profundidad y también en suelos helados como las tundras.

“Es una fuente de energía bastante limpia y se encuentra en grandes cantidades, si China logra aplicarla nos va a aportar mucho, aunque el problema es desarrollar la tecnología necesaria”, señaló el experto Lin Boqiang, director del Centro para Economía Energética de la Universidad de Xiamen (sureste).

En todo el mundo, si se perfeccionan las técnicas de extracción y de obtención de energía -algo que podría tardar entre 10 y 30 años, según las previsiones chinas- podría haber reservas para asegurar mil años de consumo energético global.

Ello se debe a que existen grandes yacimientos de hielo combustible en todo el planeta, como la gran bolsa que se extiende por 8.000 kilómetros en el fondo del Océano Pacífico, entre Centroamérica y Hawai.

Descubierto por primera vez en la Unión Soviética en los años 60, esta fuente de energía tiene el aspecto del hielo que le da nombre, pero al ser fundido o despresurizado genera agua por un lado y gas natural por otro.

Es producido por las excreciones de bacterias que viven en medios tan difíciles para la vida como las profundidades abisales o el permafrost (suelo permanentemente helado).

Hay diferentes tipos de hielo combustible, pero el que ha conseguido extraer China es hidrato de metano, uno de los más abundantes.

El metano es altamente explosivo, por lo que su extracción entraña grandes riesgos, y una vez obtenido es un gas de efecto invernadero más potente aún que el dióxido de carbono, por lo que podría contribuir al calentamiento global que ya atenaza al planeta.

Esto podría paliarse, defiende China, por el hecho de que la generación de energía mediante la combustión de hidrato de metano produce un 20 por cien menos de emisiones contaminantes que el petróleo y un 40 por cien menos que el carbón.

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