Estados Unidos ha aprobado ensayos clínicos de un implante capaz de restaurar la pérdida parcial o total de la visión. El chip que se introduce en la corteza cerebral fue desarrollado por la empresa Second Sight, que se especializa en tecnologías para la restauración de la visión.
Second Sight ya produce prótesis biónicas del ojo: Argus II, este sistema trabaja con ayuda de la transmisión de señal de los cristales, equipados con cámara, a un pequeño procesador, que, a su vez, transmite una señal a los electrodos de una retina artificial implantada en la región del nervio óptico. El ojo biónico restaura parcialmente las funciones perdidas del nervio óptico: una persona que lleva tal dispositivo puede distinguir la luz y el movimiento.
A finales de agosto, Second Sight recibió permiso para realizar ensayos clínicos de un nuevo dispositivo de alta tecnología: un estimulante invasivo de la corteza visual.
Orión, la nueva tecnología de la compañía, opera de la misma manera que Argus II, pero no utiliza una prótesis de retina en su sistema. En cambio, la imagen obtenida a través de los cristales, equipada con una cámara, con la ayuda de un pequeño procesador portátil, se convierte en un conjunto de señales. Estas señales llegan al chip, que se implanta directamente en el cerebro, en el área de la corteza visual primaria (una pequeña parte de los lóbulos occipitales de la corteza cerebral).
El chip estimula una pequeña población de neuronas sanas de la corteza visual, tras lo cual la visión es restaurada parcialmente (surge la capacidad de distinguir la luz).
Los desarrolladores argumentan que esta tecnología puede restaurar parcialmente o incluso completamente la visión perdida en pacientes, no solo con retinitis pigmentosa, sino, por ejemplo, con glaucoma y retinopatía diabética. En 2015, la compañía probó con éxito Orión en animales.
El lanzamiento de ensayos en personas con pérdida parcial o total de la visión está previsto para finales de este año.