El vaginismo y sus efectos en la intimidad sexual

El vaginismo es una disfunción sexual femenina caracterizada por la contracción involuntaria de los músculos del suelo pélvico que rodean la vagina, denominado músculo pubococcígeo, provocando el cierre parcial o total de la misma, lo que origina dolor e imposibilidad a la hora de intentar una penetración. Esta alteración, también se produce ante el intento de una exploración ginecológica o la inserción de un tampón.

En cuanto a la edad a la que suele aparecer este problema, la experta apunta a la adolescencia, momento en el que por primera vez la mujer acude a una revisión ginecológica, intenta mantener relaciones de penetración o introducir un tampón. Estos actos suele generar mucha tensión, de manera que la mujer tiende a evitar estas situaciones.

Sin embargo, si se habla de vaginismo secundario, entendido como el proceso por el cual la mujer después de haber tenido relaciones de penetración durante un tiempo, posteriormente no puede, la edad es más variable.


“En caso de que la penetración fuera posible, pero dolorosa, se hablaría de dispareunia”, explica Rebeca Lajos Rañó, psicóloga-sexóloga en Aidé (Sevilla).

Se llama vaginismo primario, al que se produce desde el inicio de las relaciones, y secundario, en aquellas mujeres que habiendo tenido relaciones con penetración, el dolor les impide tenerlas en el momento del diagnóstico.

¿Cuáles son las causas del vaginismo?

Puede haber causas orgánicas y/o físicas pues en ellas hay una alteración de las paredes vaginales: rigidez, tabiques o estrechez que impiden la penetración. En ocasiones son provocadas por malformaciones genéticas, otras secundarias a tratamientos, o a atrofia severa de la mucosa durante la menopausia.

Las causas físicas, las cuales presentan un 10 por ciento de incidencia, aproximadamente, son:
-Himen rígido.
-Endometriosis.
-Tumores pélvicos.
-Estenosis de la vagina.
-Hemorroides.
-Inflamación de la pelvis.
-Carúnculas uretrales.

Sin embrago, en la mayoría de los casos son causas psicológicas, que fomentan una contracción involuntaria y duradera de las paredes vaginales, haciendo muy dolorosa o imposible la penetración. El miedo a las relaciones o una educación con prejuicios hacia la sexualidad favorecen que aparezca.

Dentro de este ultimo grupo, si la mujer en una etapa temprana de su sexualidad tiene algún temor o resistencia a la penetración por algún motivo (miedo al embarazo, al dolor, al placer, etc.), puede responder con esta contracción y a partir de ahí, siempre producirse esa respuesta ante el intento de la penetración (respuesta condicionada).

Las causas psicológicas suelen ser las más frecuentes y entre ellas se encuentran:

-La ansiedad anticipatoria ante la penetración.
-Una educación sexual escasa, restrictiva o carente de rigor, basada en mitos, estereotipos, desinformación sexual, etc.
-El miedo al coito y/o el embarazo.
-Haber tenido experiencias sexuales y/o ginecológicas previas negativas.
-Haber sufrido violación, abusos o agresiones.
-Los estados depresivos y/o ansiosos.
-Una autoimagen corporal negativa.
-La hostilidad hacia la pareja.

Impacto del vaginismo en su vida sexual

El vaginismo es un problema importante, porque afecta a la dinámica sexual de la pareja, quedando oculto en la zona privada de la relación. Es necesario contar que esto existe y que hay formas para solucionarlo. Por ignorancia o vergüenza las dificultades van creciendo en el seno de la pareja, que incluso puede acabar rompiéndose por falta de entendimiento.

Además, las mujeres no saben a quién acudir en busca de ayuda, ni tampoco lo comentan con amigas o familiares. Es algo que se sufre en silencio.

También en la consulta ginecológica les cuesta mucho hablar de ello, piensan que a nadie más le pasa. No es algo que se comente con naturalidad en los medios de comunicación.

Es frecuente que sea en el momento de la exploración cuando se manifieste; antes la mujer no se ha atrevido a comentarlo o le cuesta mucho reconocer que tiene un problema.

El dolor o la imposibilidad de poder practicar el coito suele producirle a la mujer sufrimiento, se sienten limitadas respecto a su sexualidad y ello suele causarles problemas en sus relaciones de pareja.

Por otro lado, las mujeres que padecen de vaginismo, suelen enriquecer mucho su sexualidad a través de caricias en la zona externa de su vagina y dedican tiempo a la exploración de sus cuerpos para lograr el placer. “Alcanzan el orgasmo y pueden tener una sexualidad satisfactoria, pero al sentir que no pueden culminar sus relaciones sexuales con la penetración, se suelen sentir angustiadas e incompletas en su vida sexual, sobre todo en el momento el que se plantean su maternidad”, reflexiona la sexóloga de Espill.

Los ginecólogos reconocen que aunque a la paciente suele resultarle difícil y puede pasar bastante tiempo hasta tomar la decisión de acudir a un profesional y  a terapias de apoyo (psicólogo/sexólogo), los resultados de la terapia, en la gran mayoría de los casos, son muy exitosos.

Fuente: Internet

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