Luego de registrarse tres potentes terremotos en Nueva Zelanda y tras activarse una alerta de tsunami en nuestro país, la pregunta sobre si estamos preparados para afrontar movimientos telúricos de gran magnitud, se vuelve pertinente.
El Ing. Jorge Capuñay Sosa, Ingeniero geólogo, especialista en prevención de desastres naturales y docente de la escuela de Ingeniería civil de la Universidad César Vallejo campus Chimbote, refiere que el Perú es un país altamente sísmico ya que se ubica en el cinturón de fuego del Pacifico. Por ello, nunca debe faltar la preparación en la población.
“Esta zona es una de las ubicaciones más destructivas de la Tierra que se encuentra en las costas del océano Pacífico. En los últimos 50 años el Perú ha registrado fuertes terremotos sobre todo en la zona costera lo que ha dejado evidenciado nuestra poca preparación para este tipo de eventos”, agregó el especialista.
El docente universitario, además, se refirió al silencio sísmico que registra Lima desde 1746. Año en el que ocurrió un sismo seguido de un tsunami que destruyó Lima y Callao.
“De esa fecha a la actualidad no han ocurrido sismos de tal envergadura, por eso se dice que hay un silencio sísmico de 275 años. Hay una acumulación de energía que podría liberarse en cualquier momento, causando daños mayores a los ocurridos en 1746. Sobre todo por el crecimiento de la población: actualmente Lima representa un tercio de la población total del Perú”.
¿Qué distritos de Lima tienen mayor vulnerabilidad frente a un sismo?
El especialista señala que la vulnerabilidad se mide de acuerdo a varios factores. Algunos de ellos son la densidad poblacional, las condiciones geográficas, geológicas, la antigüedad de las edificaciones y la construcción en suelos inadecuados o mal construidos. Es por ello que distritos como el Rímac, Cercado de Lima, San Juan de Lurigancho, Miraflores, Barranco, Villa El Salvador, Callao, Puente de Piedra, Comas, son los distritos que podrían verse más afectados en un posible terremoto. Si a ello le sumamos la falta de preparación de las personas, las consecuencias podrían agravarse.
“No sabemos cuándo ocurrirá un próximo sismo, debemos estar tranquilos y realmente preocuparnos por revisar nuestras zonas de evacuación y realizar construcciones seguras. Si edificamos una vivienda con material inadecuado, las ondas sísmicas se amplifican, el movimiento del suelo es más intenso y las probabilidades de colapsar son mayores”, acota el ingeniero Jorge Capuñay.
Hay que recordar que los sismos son cíclicos y mientras más grande sea el periodo de retorno, mayor será la cantidad de energía liberada. Por ello, debemos estar preparados y tomar en cuenta de estas recomendaciones:
1. Participar de todas las campañas de prevención.
2. Siempre tener a la mano nuestra mochila de emergencia con agua potable, alimentos no perecibles, radio a pilas, un botiquín de primeros auxilios, una linterna a pilas, un pito, una cuchilla, contar con un alcohol en gel para desinfectar de manera rápida sin requerir de agua y mascarillas.
3. Tener bien ubicadas las salidas de emergencia de nuestros hogares. Si vivimos en edificios, recorrer las escaleras de emergencia para conocer su estructura ante un eventual sismo.
4. Ubicar los lugares seguros de casa. Columnas lejos de las ventanas donde podamos protegernos.
5. Realizar simulacros con la familia y otorgarle a cada uno de los miembros una tarea en caso de emergencia.
6. Si tenemos a adultos mayores, niños o personas con discapacidad en casa, debemos organizarnos con los demás miembros de la familia para el momento de la evacuación.
