Lo que debes conocer de las várices

Las venas son las encargadas de transportar la sangre de vuelta al corazón que es lo que se conoce como retorno venoso, pero la sangre de las piernas tiene un gran trabajo que hacer ya que tiene que ascender venciendo la fuerza de la gravedad. Para lograr esto, las venas poseen unas válvulas que impiden que la sangre retroceda y también cuentan con la ayuda de los músculos que al moverse facilitan el movimiento de la sangre.

Los pies también facilitan el retorno venoso pues en la almohadilla plantar hay un conjunto de vasos que se llenan de sangre y al apoyar el pie esta sangre es empujada hacia el corazón. Las varices aparecen cuando estas válvulas no cumplen su cometido y en vez de empujar la sangre la acumulan dentro de la vena aumentando la presión y dilatándola.

Las várices son una condición bastante común que la mayoría de las veces no representa ningún peligro para quien las posee. Pero en algunos casos, cuando las venas varicosas empeoran, sí podrían acarrear un problema serio que va más allá de lo estético.

El sobrepeso, el embarazo en el caso de las mujeres, las altas temperaturas y estar parado o sentado por largos periodos de tiempo son algunas de las principales causas que las provocan. Lamentablemente, no existe una manera 100 % efectiva de prevenirlas, pero con un estilo de vida saludable y al poner las piernas en alto mientras se toma un descanso, se reduce el riesgo de que aparezcan o empeoren también están relacionados con las varices, así como la edad. De hecho, se sabe que conforme envejecemos, las venas tienden a dilatarse, por lo que es habitual que aparezcan algunas en las piernas.

¿Qué son las várices?

Las várices son las venas inflamadas y retorcidas que se ven con facilidad a través de la piel. Por lo general, se presentan en las piernas, pero también aparecen en otras partes del cuerpo. Las arterias son las encargadas de llevar la sangre al resto del cuerpo. Las venas son las que regresan esa sangre al corazón.


Las venas tienen una válvula que controla que la sangre fluya en una sola dirección. Cuando dichas válvulas se dañan o pierden fuerza, la sangre se estanca en un mismo lugar. Por ello las venas se inflaman y se convierten en várices.

Síntomas de las várices

  • Pesadez y cansancio en las piernas: especialmente cuando se permanece mucho tiempo de pie o sentado.
  • Dolor de intensidad variable: sobre todo en los tobillos y en las pantorrillas.
    Calambres: se dan frecuentemente en las noches.
  • Venas visibles: comienzan a observarse las venas por detrás de las rodillas y en la cara interna de las piernas.
  • Pies y tobillos hinchados: los pies y tobillos se pueden inflamar.
  • Variaciones en la tonalidad de la piel: cambios de color en la piel debido a la salida de los glóbulos rojos de las venas afectadas, esta sangre acumulada puede provocar inflamaciones y zonas endurecidas y dolorosas.
  • Venas dilatadas y retorcidas: se originan por la acumulación de sangre que hace que las venas se retuerzan para dar cabida a toda esta sangre.
  • Úlceras: suelen aparecer en la zona de los tobillos y son bastante dolorosas y difíciles de curar.

Tipos de várices

Ni todas las varices son iguales ni todas tienen el mismo origen ni tratamiento, es por ello que los especialistas las clasifican en cuatro grados

  1. Grado I o varículas: en esta etapa aparecen venas finas de color violeta que tienen forma estrellada y se llaman arañas vasculares. Existe sensación de pesadez y hormigueo aunque el mayor problema sólo es estético.
  2. Grado II: las venas son mucho más visibles y comienzan a notarse pesadez y cansancio, hormigueo, calambres, picores y escozores.
  3. Grado III: las venas cada vez se van dilatando más y aparece hinchazón, edemas y cambios en la coloración de la piel.
  4. Grado IV: aparecen las úlceras que son difíciles de tratar y se infectan con facilidad.

¿Qué problemas pueden ocasionar la várices?

Las venas varicosas pueden ocasionar una dermatitis con erupciones y, en casos más grave, úlceras en la piel. Esto sucede sobre todo en los tobillos y en la parte baja de las piernas. Rascarse ese tipo de úlceras podría hacerlas sangrar. Las várices también pueden reventarse y ocasionar un sangrado que, aunque no es mortal, necesita atención profesional.


Uno de los problemas más graves que surgen a partir de las várices son los coágulos sanguíneos. En esta condición (conocida como tromboflebitis), las piernas del paciente se inflaman de manera significativa y se necesita una consulta inmediata con el médico.

Por eso es comprensible que las mujeres con várices, aunque sean pequeñas y poco peligrosas, se preocupen de ser propensas a la formación de coágulos. Esa fue la motivación de un grupo de especialistas de Taiwán para investigar si las venas varicosas son una señal alarmante de un coágulo que podría ser mortal.

¿Cómo prevenir las várices?

Las varices pueden aparecer por diversos motivos, pero también hay que tener en cuenta factores de riesgo como la herencia, el sexo o el embarazo. Si quieres prevenir las varices ten en cuenta los siguientes consejos:

  • Evita el sobrepeso: el exceso de peso favorece la aparición de varices.
  • Controla el estreñimiento: para ello debes llevar una dieta rica en frutas, legumbres, verduras y cereales integrales.
  • Camina: al andar los músculos de las piernas al moverse impulsan la sangre de vuelta al corazón.
  • Sube y baja escaleras: haz este ejercicio en lugar de usar el ascensor.
  • Practica deportes: realiza ciclismo o natación.
  • Cuida tu calzado: evita el calzado plano y el de mucho tacón. Lo recomendable es un tacón entre 3 y 5 centímetros.
  • Evita la ropa ajustada: no utilices ropa muy ajustada pues dificulta el retorno venoso.
  • Cambia la postura: no permanezcas mucho tiempo en la misma postura. Si por motivos de trabajo debes permanecer mucho tiempo de pie o sentado, procura de vez en cuando dar pequeños paseos o trata de poner las piernas en alto.
  • Pon las piernas elevadas: procura dormir con las piernas algo levantadas.
  • Evita el calor y frío excesivos: no arrimes las piernas a braseros, calefactores, agua muy caliente y evita la exposición al sol fuerte. Tampoco es recomendable que expongas las piernas a un frío fuerte.
  • Procura masajear las piernas: debes hacer esta tarea diariamente desde el tobillo hasta el muslo.
  • No rascar: aunque sientas picor pues puedes provocar una herida que se puede infectar y va a ser difícil de curar.
  • Aplica crema: cuando tengas picor, en vez de rascar aplica una crema hidratante o una crema para las varices que te recete tu médico.
  • Lava con agua y jabón: cuando la piel está debilitada es necesario lavarla todos los días con agua y jabón para evitar que se infecten.
  • Limpia con suero fisiológico: cuando aparecen las úlceras, lo mejor es lavarlas con suero fisiológico y acudir al médico para que te recete alguna pomada cicatrizante con antibióticos.

Fuente: Internet

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