Algunos científicos llevan tiempo tratando de buscar una solución a la explosión de celulares y un equipo de investigadores la Universidad de Stanford, en EE.UU., acaba de dar con la solución: una batería que contiene en su interior un material que extingue el fuego si ésta se sobrecalienta.
Gracias a unas sustancias químicas –fosfato de trifenilo (TPP)- que actúan como retardante de llamas y se liberan cuando las cápsulas que las cubren alcanzan unas temperaturas de 150 grados centígrados, evitan la explosión. Durante las pruebas, las llamas fueron extinguidas en 0,4 segundos.
“Los problemas de seguridad siguen siendo una cuestión importante que dificulta significativamente sus aplicaciones prácticas”, explican los investigadores en la revista Science Advances.
“Con el uso de nuestros separadores inteligentes el rendimiento de la batería no se verá afectado”, asegura Yi Cui, el científico a cargo del proyecto.
Las baterías recargables de iones de litio (“Li-ion”) comenzaron a comercializarse en la década de 1990 dentro de toda clase de aparatos tecnológicos, desde computadoras hasta teléfonos, y utilizan una sal de litio para crear la reacción que genera la energía.
Una versión de tamaño más reducido la constituyen las baterías de polímero de litio (“LiPo”), con características similares.
Según Hideki Yasuda, analista del Ace Research Institute de Tokio (Japón), “los fabricantes de celulares inteligentes están tratando de comprimir esas baterías en soportes pequeños y finos”. Pero “esa moda genera cada vez más una tendencia a la sobrecarga”.
Ian Fogg, analista en IHS, dice que la tecnología de las baterías ha sido más lenta en evolucionar que los dispositivos que las requieren.
“Los fabricantes han estado equilibrando la demanda de los consumidores para que las baterías duren más y el desarrollo de aparatos más potentes con mejores gráficos y pantallas más grandes, con la sofisticación de las baterías”.
Pero Cui dice que su solución es efectiva: “Si hay una fuga térmica, el retardante se activará y cortará el fuego de raíz”.