A partir de los 30 años en que se hacen más evidentes los signos físicos del envejecimiento de la piel.
“Las patitas de gallo (ojos), la parte del entrecejo, la zona de la frente y los surcos nasogenianos (cerca de la boca). También pueden marcarse líneas en el escote”, señala la doctora Karen Bustamante, especialista en medicina antienvejecimiento y longevidad.
Una exposición prolongada al soly sin la debida protección, pone a la piel más vulnerable al fotoenvejecimiento. “El sol provoca que la piel pierda su elasticidad, el tono y la firmeza porque forma radicales libres en el tejido, que predispone a que la piel se deteriore con mayor intensidad”.
Cremas hidratrantes que se usan por las mañanas y regenerativas durante la noche, pero quienes optan por lo natural pueden aplicar cacao de alta concentración en el rostro, o poner en práctica otras alternativas caseras.
“La sábila es un hidratante por excelencia y un regenerador que se puede aplicar en el rostro u otras partes. También las mascarillas de avena o de miel son bastante efectivas”.
El cuidado de la piel debe ser desde edades tempranas, sobre todo si hay exposición al sol, además es importante canalizar adecuadamente el estrés, porque cualquier cambio emocional afecta la piel, el órgano más grande de nuestro cuerpo.
