Este primer domingo de febrero se celebró el Día Nacional de la Pachamanca, en homenaje al plato emblemático y a la forma tradicional de preparación de alimentos en el país, en especial en diversas localidades andinas, con un profundo contenido sociocultural en las sociedades campesinas.

El Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) declaró en 2015 el Día Nacional de la Pachamanca para reconocer este plato y su importancia en la gastronomía nacional, pero, sobre todo, porque impulsa la cadena alimenticia de los Andes con productos tradicionales del campo como la carne de vacuno, porcino, ovino, caprino, aves, camélidos y camélidos, papas nativas.

También raíces y tubérculos como la oca, mashua, camote, yuca, granos, habas, choclo, condimentos y esencias.

El vocablo “pachamanca” proviene de las voces quechuas “pacha”, que significa “tierra” y “manka”, que significa “olla”, es decir “olla de tierra”. La forma más común de preparación de este plato es el resultado de la cocción con el calor de piedras precalentadas de los alimentos, previamente aderezados con verduras aromáticas como chincho, huacatay, ají, comino, pimiento y otras especias.

Con la instauración del Día Nacional de la Pachamanca se busca promover la realización, en todo el país, de festivales, concursos, celebraciones, ferias y encuentros vinculados a la celebración para valorar su importancia cultural y culinaria.

En el 2003 el entonces Instituto Nacional de Cultura (hoy Ministerio de Cultura) declaró a la pachamanca Patrimonio Cultural de la Nación, en reconocimiento a una costumbre milenaria y fiel testimonio de la creación y sabiduría de nuestros antepasados. También está inscrito en el Libro de Record Guinness (1999).

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