Un nuevo descubrimiento arqueológico que podría cambiar la historia del Perú se produjo en el sitio Los Morteros en el Valle de Chao, región La Libertad. Una investigación halló construcción monumental de adobe más antigua de América. Con una data de 5500-5100 años de antigüedad, sería anterior a Caral.
Un reciente estudio publicado en la reconocida revista científica PNAS y Nature, ha documentado la evolución desconocida de los adobes andinos prehispánicos. El proyecto liderado por la arqueóloga Ana Cecilia Mauricio y un equipo de investigadores de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y la Universidad de Maine de Estados Unidos, iniciaron la investigación en 2012 obteniendo resultados favorables para la historia del Perú.
“Vengo investigando el Valle de Chao desde 2012, como parte de las excavaciones se halló en el sitio Los Morteros los restos de construcciones de adobes. Desde un principio me llamó la atención que hubiese construcciones en un sitio con más de 5,000 años de antigüedad. Empezamos a investigar y descubrimos que estaban hechos de adobe, fabricados solamente con arcilla, no piedra, ni cal”, manifestó Mauricio en una entrevista.
Las construcciones de adobe
En el estudio titulado “The earliest adobe monumental architecture in the Americas”, se resalta que los adobes o ladrillos de barro, son elementos constructivos presentas en las principales arquitecturas de los Andes peruanos a lo largo de miles de años.
Ana Cecilia Mauricio señala que la importancia de este sitio se debe a que contiene información clave para entender el origen de las construcciones monumentales y de la tecnología constructiva de adobes.
El análisis llevado a cabo demostró que los restos de un edificio monumental situado en el sitio de Los Morteros, registró 5,100 años de antigüedad. Además, la composición única de los adobes en arcilla, llevo a cuestionar a los investigadores de dónde provenía el material.
La arqueóloga, junto a su equipo investigador, trabajó durante meses en ubicar la fuente de arcilla. Tras la búsqueda, hallaron un depósito natural de arcilla cerca al río Chao. Los análisis arrojaron un 90 % de comparación con el adobe encontrado en las edificaciones.
“Vimos que coincidía la composición de esa arcilla nueva con los adobes de Los Morteros. Con esto concluimos que estos adobes antiguos se dieron por el aprovechamiento de un deposito natural formado por El Niño. Es interesante porque nos llevó a pensar que en ese tiempo para los pobladores era positivo el fenómeno de El Niño, mientras que, en la actualidad, resulta negativo para la población”, agregó.
La composición única, estructura interna y cronológica de los adobes de Los Morteros, se puede definir como la construcción del edificio monumental de adobe más antiguo de América.
Más antigua que Caral
Con el descubrimiento de sus más de 5,000 años de antigüedad, su relación con Caral, la civilización más antigua del Perú presenta un proceso evolutivo tras mil años de diferencia en sus construcciones.
Sus edificaciones tenían las mismas funciones que Caral, ceremonias, reuniones, entre otras; pero a menor escala, considerando los años de diferencia.
“Es casi mil años antes de Caral, sus construcciones son más pequeñas, porque también en esa época había menos gente. Si bien se trata de lugares que funcionaron como reunión, ceremonias, es bastante diferente en escala, Caral es mucho más extenso porque tenían más personas, mejores recursos, más desarrollo económico y una organización definida”, detalló la arqueóloga a los medios.
Mauricio afirma que Los Morteros es importante para el desarrollo de Caral, puesto que, eran los primeros en realizar ciertas actividades que fueron mejorando a través de los años, hasta el surgimiento de Caral. Además, resaltó que sus construcciones eran a base de piedra, más no de adobe.
Las pirámides Moche y la antigua ciudad de Chan Chan, en la época prehispánica, son los recintos peruanos elaborados a base de adobe. Sin embargo, se trata de un adobe compuesto con otros elementos, manteniendo total diferencia con el adobe de Los Morteros.
Continúan las investigaciones
En la búsqueda de más respuestas, Mauricio y su equipo continúan trabajando en la zona del Valle de Chao. Tras la pandemia del covid-19 se tuvo que suspender las actividades, pero fueron retomadas este año, realizando su última excavación el pasado mes de julio.
Con casi 10 años de investigación arqueológica, el proyecto cuenta con financiamiento que ayuda a los profesionales a seguir descubriendo nuevos restos en los diferentes puntos del Valle.
“Esperamos más adelante publicar un libro en idioma español, porque es importante la difusión a nivel local. La difusión nos ayuda a la conservación del sitio, preservar los restos arqueológicos que son patrimonio para nuestra nación”, puntualizó.