Para Gerardo Chávez todo el año es un verano productivo. El gran pintor trujillano tiene la suerte de tener un taller en París, y hacia allí se dirige cuando el invierno llega a estas tierras. Pero en el Perú también sabe encontrar la inspiración: de noviembre a abril, sus talleres de San Isidro y Trujillo saben acogerlo.
Y, por eso, pinta y corrige, corrige y vuelve a pintar. “Para mí, pintar es como respirar. Y no solo eso, la pintura es mi lenguaje, mi medio de comunicación. Así como los escritores se comunican mediante palabras, yo lo hago por medio de un trazo, de una imagen”, nos dice en su casa-taller de San Isidro.
Y su respuesta aclaratoria y rápida se debe a que «El pasado presente», la exposición que se acaba de inaugurar en la galería Enlace Arte Contemporáneo (Pardo y Aliaga 676, San Isidro), recoge parte de su obra producida en las décadas del 60 y 70. “Es una especie de muestra antológica, producto de la curiosidad y gusto por mi obra de un coleccionista. He vuelto a ver cuadros que, incluso, había olvidado”. Hasta el 3 de enero.Ingreso libre.
El pintor trujillano, un gran surrealista y aplicado discípulo de Roberto Matta, señala que las décadas del 60 y 70 fueron momentos de exploración y aprendizaje y que, por ello, algunas de sus influencias son notorias en aquellos cuadros.