El Parlamento francés adoptó de forma definitiva la prohibición de los teléfonos celulares en los centros de educación primaria y secundaria, una promesa de campaña del presidente Emmanuel Macron.
Los diputados de la mayoría presidencial y del centro votaron a favor de este texto durante su votación definitiva en la Asamblea Nacional, la cámara baja del Parlamento, mientras que la derecha y la izquierda se abstuvieron, criticando una «operación de comunicación» que «no va a cambiar nada».
Este proyecto de ley prohíbe el uso de todo aparato conectado (móviles, tabletas, relojes) en las escuelas y colegios, es decir los centros de educación secundaria que por lo general acogen a niños de hasta 15 años.
Habrá excepciones «para el uso pedagógico», así como para los niños discapacitados, se anunció, en lo que concierne a los cursos superiores (entre 15 y 18 años), cada instituto podrá decidir si adopta o no la medida, y si lo hace de forma parcial o total.
La ley francesa prohíbe desde 2010 los teléfonos celulares «durante cualquier actividad de enseñanza y en los lugares (donde están) previstos por un reglamento interior».
El ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, que estimaba que esto no se cumplía plenamente, aplaudió esta nueva ley «de entrada al siglo 21» y que «envía un mensaje a la sociedad francesa», pero también al extranjero, donde «otros países han mostrado su interés».