Barreras que impiden la transformación digital en las empresas

En este momento, la tendencia de pasar de lo físico a lo digital está dada. Siendo así las empresas deben adecuarse a un mercado cambiante para seguir subsistiendo. Ahora, la conectividad, automatización y el análisis de la información dejaron de ser un enemigo y se han vuelto el mejor aliado para salir airosos de estas situaciones que requieran una gestión y solución oportuna, en el momento en que se necesite.

No obstante, debido a su rápida evolución, en contraste con numerosas charlas y conferencias con falta de claridad en la materia, se han generado mitos con respecto a qué es y cómo se debe llevar a cabo la transformación digital en las empresas. Y es que el empresario aún tiene dudas.

Es por ello que resulta evidente que para el éxito de una empresa actualmente, y sobre todo en nuestro país, es necesario primero desenredar la madeja digital.

“Los que dirijan las empresa deben evaluar las dificultades que impiden que su compañía de un paso a la transformación digital. Reconocer estas barreras significará el paso más importante para iniciar este proceso”. Jhony Evans, presidente de J Evans, empresa pionera en soluciones integrales de TI en el Perú. 

Es por ello que  la adaptación a estos cambios es necesaria para seguir existiendo y compitiendo en el mercado.

Barreras que impiden iniciar la transformación digital en las empresas en Perú

  • Resistencia al cambio.

El miedo es el principal enemigo al momento de realizar cambios. La incertidumbre de saber si resultarán las medidas frenan todo tipo de intenciones. Muchas veces, cuando una empresa atraviesa una crisis económica, no se toma en cuenta la digitalización como una solución al problema. Por ello, es tarea del jefe de equipo incentivar en sus colaboradores el deseo de cambiar con el fin de mejorar el panorama.

La resistencia al cambio es inevitable en las personas. Es complicado conseguir que los “más viejos” dejen espacio.

  • La falta de personal calificado.

Contar con un personal con las competencias que se necesiten en la empresa facilitará el proceso de cambio. Por ello, es de suma importancia que las distintas áreas y sobre todo la de recursos humanos tengan en sus equipo a colabores alineados al objetivo de la empresa.

  • El lastre de la vieja tecnología.

En muchos casos, se suelen mantener equipos antiguos solo por la información que contienen. Los costos de mantenimiento y soporte se elevan con el paso del tiempo.

Lo que era útil hace cinco años es una carga hoy. Es difícil desprenderse de lo viejo, porque lo conocemos y porque lo nuevo supone más inversión y desconocimiento, pero no hay otro camino en un mundo tecnológico tan mutable.

  • Una gestión con escaso compromiso.

Si bien es cierto que lo más importante para un proceso de cambio es el plan, los recursos humanos y económicos forman parte clave para que el mismo sea exitoso. El compromiso con la empresa debe ser total y todos deben mirar hacia un mismo objetivo: el bien de la empresa.

La transformación digital parte de un plan, pero luego se necesitan recursos para ponerlo en práctica. Y en ese punto, el compromiso a veces demuestra no ser tan sólido como pensábamos.

  • La falta de urgencia por parte de los responsables de las empresas.

Reuniones, comisiones, estudios para tomar decisiones… Mientras unos se lo piensan la competencia avanza y te come.

  • La falta de visión de quienes deben fijar los objetivos o el nuevo modelo de negocio.

¿Hacia dónde queremos ir? ¿Con qué nuevas herramientas queremos contar? ¿para qué abordamos el cambio?.

  • Falta de medición.

¿Cómo se sabe si los nuevos métodos digitales son efectivos y hasta qué punto suponen más beneficios si no se miden sus efectos? Las empresas no suelen contemplar la analítica de datos, única fuente para conocer si los nuevos planes de negocio son los adecuados.

Siempre son necesarias las fuentes de medición para saber si el cambio realizado resulta positivo. En muchos casos, las empresas no suelen tener en cuenta esta medida regulatoria tras la implementación de un proceso nuevo.

  • El ritmo del cambio.

Toda transformación requiere un tiempo de formación y adaptación. Lo que en un principio puede parecer lento permitirá después aumentar rápidamente la productividad. Aunque eso, además, suele suponer una mayor carga de trabajo que no siempre se lleva bien.

  • Las políticas internas.

Secciones, negociados, departamentos, equipos… La empresa tradicional suele convivir con compartimentos estancos que no quieren perder su autonomía o su influencia. El problema para ellos es que la tecnología colectiviza las tareas y refuerza la horizontalidad de la toma de decisiones.

  • Faltan incentivos.

Las resistencias se superan solo si la gente entiende que la transformación digital beneficiará a todos: una mayor productividad supone más ingresos que pueden repercutir en los salarios. Pero un incentivo también es mejorar los procesos, o que el tiempo de trabajo sea más eficiente y flexible, o que el trabajador logre más autonomía y más capacidad de decisión.

Reflexionar sobre estos puntos debe estar en la hoja de ruta de cualquier empresa para su supervivencia, por lo que ser conservador y no enfrentarse a los cambios ya no es la opción más segura para apostar por el futuro.

Fuente: Internet

Click aquí: «Qué es la transformación digital».
Click aquí: «Ésta es la primera empresa peruana en ingresar a la digitalización de Comercio Exterior» en el 2018.

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