La reconocida universidad parisina de la Sorbona, rindió homenaje a Mario Vargas Llosa tras haber conseguido formar parte de la legendaria colección de La Pléiade que reúne el canon de la literatura universal y en la que figuran nombres como Cervantes, Shakespeare, Dickens, Flaubert, Kafka o García Lorca.

El peruano es, además, el primer escritor hispanohablante que obtiene este reconocimiento antes de fallecer (Borges murió en 1986 cuando su volumen ya estaba en marcha, pero no se editó hasta 1993).

Para celebrar la distinción, la Sorbona organizó un acto de homenaje, junto a la editorial Gallimard y la Casa de América Latina, en uno de los anfiteatros históricos de la Facultad de Letras.

Bajo las molduras doradas del lugar y entre imponentes retratos de Racine, Descartes o Molière, Vargas Llosa escuchó declamar fragmentos de La casa verde y La tía Julia y el escribidor, antes de subir al escenario para pronunciar un discurso de agradecimiento a la cultura francesa, a la que consideró responsable de su destino como escritor.

“Gracias a Francia descubrí qué tipo de escritor quería ser”, expresó Vargas Llosa. “Leer Madame Bovary me cambió la vida. Gracias a Flaubert supe que quería ser un escritor realista, porque su realismo no tenía nada que ver con la vulgaridad o la despreocupación de los autores realistas que yo conocía”.

El escritor dijo reconocerse en “la búsqueda fanática de la perfección” que caracterizó a Flaubert, y también con su capacidad de trabajo. “Me hizo entender que, aunque uno no nazca siendo un genio, con constancia y obstinación puede lograr tener algo de talento”, afirmó.

“Pese a las diferencias de costumbres y de lenguas, la humanidad tiene un denominador común, que es el que revela siempre la gran literatura”, defendió. “La literatura francesa siempre ha sido una reacción respecto al mundo”, señaló el escritor peruano, que se identificó con su afán “de transformación y de rebelión”.

«El día que recibí la carta que me lo comunicaba fue el más feliz de mi vida. Creí que se trataba de una broma”, expresó. Vargas Llosa incluso afirmó sentirse “avergonzado” de figurar “en la misma lista que Proust, Kafka, Sartre, Malraux o Céline”.

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