Un programa piloto para el retorno del antílope de pastoreo del Sahara (Oryx Cimitarra, Oryx dammah) —impulsado por Agencia Ambiental de Abu Dhabi y el gobierno de Chad— ha logrado que estos animales vuelvan a reproducirse en el referido país africano.
De acuerdo con New Scientist, el avance permite allanar el terreno para que más antílopes empiecen a poblar la zona. Esta especie solía ocupar los desiertos y estepas del norte de África, pero la caza intensiva llevó a la extinción de la especie en los años 90.
Un número significativo de especímenes aún vive en cautiverio en los Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Europa y Australia, así como en áreas reservadas en el norte de África. Estos animales han servido como punto de partida del proyecto que busca devolver a la especie a su hábitat natural.
En agosto último, 23 antílopes —con sensores GPS implantados— fueron liberados en la naturaleza, en una reserva en el centro de Chad. En esta zona, en la década de los 60 fueron capturados entre 40 y 50 antílopes y la mayoría de los ejemplares vivos de la especie se consideran sus descendientes.
Algunas de las hembras estaban embarazadas cuando fueron liberadas y así, en septiembre, nació el primer ejemplar en su hábitat salvaje. De acuerdo con Jared Stabach, investigador del Museo Smithsoniano de Starbuck Jared, entidad que monitorea el avance del programa, todos los animales, incluida la nueva generación, gozan de un salud excepcionalmente buena y parecen haberse adaptado muy bien a su nuevo medio ambiente.
De acuerdo con los científicos del programa, a pesar del número reducido de individuos en la nueva población silvestre, hay suficiente diversidad genética asegurada. Asimismo, la desaparición de sus depredadores naturales en la reserva —como los leones y los guepardos— beneficia la sostenibilidad del rebaño.
Actualmente, otro equipo internacional de investigación se ha estado preparando para el resurgimiento de la población de tigres en Asia Central. Se busca reintroducir al tigre persa en Kazajstán, empleando para ello ejemplares del tigre siberiano, con el que este animal extinto guardaba una inusual similitud genética.