El smartphone, por ahora disponible sólo en Reino Unido, se vende a 60 libras esterlinas (un poco menos de 100 dólares) y según su inventor, Tom Sunderland, la tecnología utilizada para fabricarlo es lo que permite reducir los costos.
La parte delantera y el reverso del smartphone están fabricados utilizando técnicas de impresión 3D, y pueden ser personalizados. «La impresión 3D permite una forma rápida y económica de crear botones personalizados en braille», explicó su creador.
Para aquellos que no pueden leer braille, la empresa puede imprimir en 3D teclados con botones con las letras y los números en relieve.