Una reducción del 10% del consumo de sal permitiría salvar millones de vidas, según revela una investigación publicada en la revista médica «The British Medical Journal» (BMJ).

Los especialistas calcularon que con campañas gubernamentales se podría frenar la importante mortalidad vinculada al consumo excesivo de sal.

La sal aumenta el riesgo de hipertensión y de enfermedades cardiovasculares. La mayoría de los adultos sobrepasa el consumo de sal recomendado; es decir, un máximo de 2 gramos por día. Esto conlleva a que cerca de 1,65 millones de personas mueran por enfermedades cardíacas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Un grupo de investigadores, dirigidos por Dariush Mozaffarian, calcularon este coste en 183 países, actuando de forma coordinada con la industria.

Los científicos también evaluaron el número de años de salud perdidos. Si se redujera el consumo de sal en un periodo de 10 años, se podría haber evitado perder anualmente 5,8 millones de años de buena salud, con un coste de 1,13 dólares por persona.

El coste de los años ganados equivale a lo que actualmente se gasta en medicamentos para prevenir las enfermedades cardiovasculares, precisan los investigadores.

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