River Plate derrotó a Boca Juniors por 3-1 (5-3 global) en Madrid y se proclamó este domingo campeón de esta controvertida Copa Libertadores marcada por la violencia ocurrida en Argentina y su traslado fuera de Sudamérica.
En un partido reñido, la batalla se dio en el césped y en la tribuna, con miles de hinchas de ambos clubes animando sin parar con bombos, bufandas, banderas y pancartas que teñían de blanco y rojo y azul y dorado los dos goles opuestos del estadio donde no se registraron incidentes.
Pablo Pérez, uno de los heridos en el Monumental, dispuso de dos ocasiones claras pero quien desequilibró el encuentro fue el delantero Darío Benedetto que al filo del descanso culminó un contraataque tras deshacerse con un toque de su marcador y superar con un preciso disparo a Franco Armani.
El segundo tiempo fue de claro dominio de River, especialmente tras la entrada del colombiano Quintero. Los «millonarios» cercaron el área rival y después de varios acercamientos peligrosos consiguieron empatar con una jugada combinativa concluida por Pratto.
El marcador no se movió y el partido se fue a la prórroga. Con un hombre menos por la expulsión de Wilmar Barrios apenas empezar el tiempo extra, Boca rechazó las acometidas de River hasta que Quintero enganchó un disparo con la zurda que se coló al fondo de la red después de acariciar el larguero.
Con Boca con nueve jugadores por la lesión de Fernando Gago y lanzado sobre el área rival, Gonzalo ‘Pity’ Martínez consiguió el tercer gol que cerró definitivamente el encuentro.