En América Latina son cinco los países que muestran los peores datos respecto a calidad del empleo. Uno de ellos es Perú, da cuenta un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), con estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo.
En el documento titulado “Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe. Protección social universal en mercados laborales con informalidad”, se enfatiza que en la región existen “grandes contrastes en lo que se refiere a estructura y calidad del empleo”.
Así, se indica que en países como Bolivia, Colombia, Honduras, Perú y Venezuela, el peso de los trabajadores independientes supera el 35%, nivel que es ostensiblemente alto respecto a otras naciones de Latinoamérica.
En Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, Panamá y Uruguay, los trabajadores independientes representan aproximadamente el 25% del total de ocupados e incluso menos, señala Cepal.
En el documento, CEPAL, institución de las Naciones Unidas con sede en Chile, explica que la “magnitud de la informalidad aumenta cuando se incluyen el empleo independiente, el trabajo doméstico y el que desempeñan los trabajadores familiares auxiliares”. Agrega que esos “tres grupos constituyen casi un tercio del total de ocupados de la región y presentan generalmente peores indicadores de calidad del empleo (como menores salarios, carencia de cobertura de prestaciones de la seguridad social y falta de registro laboral y fiscal).
De este modo, Cepal puntualiza que cuando se considera todo el universo de trabajadores ocupados, la informalidad en América Latina llega al 47.7%, lo que quiere decir que del total del empleo informal, casi dos tercios corresponden a empleos en el sector informal, un cuarto a empleos en el sector formal y el resto al trabajo doméstico. Esas condiciones llevan a que el empleo asalariado, excluido el trabajo doméstico, cubierto por la seguridad social se ubique entre el 91% y el 84% en Costa Rica, Uruguay, Panamá, Chile y Brasil, mientras que en Perú es de solo el 60%.