El Alzheimer es una enfermedad degenerativa que implica un deterioro progresivo de la memoria. El Alzheimer lo padecen alrededor de 250 mil peruanos, según cifras del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN).

El neurólogo David Lira, director médico del Instituto Peruano de Neurociencias (IPN), indicó: «Mientras más estudios tenga un ser humano, una especialidad, un doctorado, una maestría, hay un mayor efecto protector. Un analfabeto tiene más riesgo de hacer Alzheimer, que una persona que ha hecho secundaria, y -por supuesto- alguien que ha hecho un doctorado tiene menos riesgo todavía. Es totalmente contrario (a lo que ha dicho el congresista), esa información es falsa», asegura el experto.

«Leer también es un factor protector, en cambio, una persona que lee menos, hace una complicación llamada analfabetismo funcional, porque no entiende lo que lee o se le olvida; eso incrementa el riesgo de hacer Alzheimer», agrega.

Los verdaderos factores de riesgo son:

– La edad: «A partir de los 60 años hay más posibilidades de tener la enfermedad».
– Ser de sexo femenino: «No se sabe por qué, pero se piensa que se debe a un flujo hormonal».
– Las enfermedades crónicas no transmisibles, como la hipertensión arterial, la diabetes, el sedentarismo y la obesidad. «Con el tiempo se acumulan microdaños en el cerebro, que se juntan con el envejecimiento normal y desencadenan Alzheimer».
– La falta de sueño: «Las personas que duermen menos de 4 horas casi duplican o triplican las tasas de Alzheimer, es muy riesgoso dormir mal a largo plazo. Personas que trabajan en vigilancia y los que hacen turno de madrugada, duermen mal crónicamente y tienen más riesgo de desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles, también Alzheimer y ciertos tipos de cáncer».

Consejos para proteger nuestra memoria:
La gimnasia cerebral funciona similar a como ocurre con los músculos, así se consigue desarrollar conexiones neuronales nuevas.

– Lee mucho.
– Haz cosas novedosas para ti. Por ejemplo: aprende a tocar una flauta si antes no lo hacías.
– Si eres diestro, comienza a usar tu mano izquierda para escribir o comer.
– Desarrolla juegos de salón, como el ajedrez o las damas, porque así aplicarás más el intelecto que la fuerza.

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