Robert Morris, un estudiante de Informática de la Universidad de Cornell, fue el responsable de que el «Morris Worm» infecte el 2 de noviembre de 1988 parte de las computadoras entonces conectadas a la Internet, se estima que fue el 10%.
Tuvieron que pasar varios días de esfuerzo por parte de administradores de sistemas para «limpiar» el desorden que dejó el programa malicioso. Motivado más por la curiosidad que malas intenciones, Robert Morris creó un programa que lo ayudaría a medir el alcance de la red. Un error en la programación hizo que este se copie indiscriminadamente, causando problemas en las computadoras a las que llegaba.
En 1990, Morris fue sentenciado a tres años de carcel suspendida, 400 horas de trabajo comunitario y a pagar una multa de $10 mil.
Sin embargo, Morris ha logrado una brillante carrera como emprendedor e innovador en la informática. Además, gracias a su creación se logró que los desarrolladores de software tengan más en cuenta la seguridad de los ordenadores. Aún se conserva el diskette que contiene el código fuente de este gusano como una reliquia informática.