La historia estaba errada. En los libros se lee que el Complejo Arqueológico Farfán era unsitio estrictamente Chimú. Este dato tiene que ser desestimado de inmediato por los docentes, luego que la arqueóloga norteamericana Carol Mackey mostrara las evidencias de que estemismo lugar fue un importante centro ceremonial del Imperio Inca, en el cual se rendía culto a los muertos.
Esta tesis la formuló tras 15 años de investigaciones en Farfán, ubicado en el valle Jequetepeque (Pacasmayo), en cuyas excavaciones encontró talleres donde los incas confeccionaban las paicas (cántaros) en los que se preparaba y guardaba la chicha de maíz, principal bebida con sumida en sus rituales.
La primera ocupación de Farfán fue de la cultura Lambayeque que habitó durante 200 años en un área de Kilómetro y medio de la parte baja del valle Jequetepeque, junto al cerro Faclo, que posiblemente les sirvió de puesto de observación, dado que desde su cima es visible la mayor parte de ese valle. Éste fue un sitio ceremonial con cuatro complejos con muros perimetrales de adobe, de longitudes variables entre 40 y 100 metros. Incluyó dos cementerios y un taller de cerámica. La estructura mejor conservada se relaciona con Pakatnamú y contiene altares (montículos con rampas en ambos extremos) y los concilios (plataformas bajas en forma de U).