Luciana Isabel Luna Abanto es una estudiante del último ciclo de Medicina Humana en la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO), y ha tenido una experiencia inolvidable que afianza su vocación por la gíneco-obstetricia, gracias a su ubicación en el quinto superior de su formación académica.
Una convocatoria a pasantías a nivel nacional del Programa de Movilidad Estudiantil 2018-2019 de la Red Peruana de Movilidad Docente Estudiantil, formada por la Asociación Peruana de Facultades de Medicina (Aspefam), le permitió acceder a una de las vacantes para experimentar una realidad distinta ofertada por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, esta vez en el Hospital Nacional Docente San Bartolomé, en la especialidad de Obstetricia, a cargo del doctor Santiago Cabrera Ramos.
“Tuvimos rotación en el área de alto riesgo obstétrico, en consultorio externo y en las guardias, y lo más importante fue la orientación que nos dieron en casos de atención a una paciente de alto riesgo, cómo controlarla y abordar su historia clínica para determinar qué patología tenía y cómo manejarla”, manifiesta con clara emoción.
Comenta que el ciclo anterior tuvo en claro su vocación por la obstetricia y que le gusta mucho el control de la gestante, que le preocupan las altas tasas de mortalidad materna en el país, y considera importante saber cómo atender estos casos, sobre todo previendo que más adelante tendrá que afrontar los rigores del Serum, donde se presentan muchos de estas situaciones.
También Maryori Samaira Ávalos Reyes vivió la experiencia, tras reunir los mismos méritos de calidad académica, como estudiante de noveno ciclo. Accedió a una plaza ofrecida por la Universidad de la Amazonía Peruana, en Iquitos, bajo la tutela del doctor Martín Casapía Morales, y encontró situaciones infecciosas que veía por primera vez en su vida.
“En el Hospital Regional de Loreto, si bien manejamos casos de dengue, vimos pacientes con lepra, malaria, pénfigo, mordedura de serpientes, entre otras, y alumnos de los primeros ciclos ingresan a atender porque en esta zona falta personal. Después de las rotaciones de la mañana, participábamos de una ponencia a cargo de un especialista, y por la tarde hacíamos investigación en todo lo relacionado con diseños de estudio y conocimos el ensayo clínico para la nueva vacuna contra el zika”, comenta con entusiasmo.