La lactancia materna impacta favorablemente tanto en la madre como en el bebé, por eso es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que se haga de forma exclusiva, como mínimo durante los 6 primeros meses de vida. El Perú es líder de esta práctica en América Latina.

El gineco obstetra Enrique Flint destaca en primer lugar que se estrecha el vínculo entre madre e hijo, disminuye la probabilidad de una depresión pos parto para ella, y cuida el desarrollo emocional de la criatura.

Indica que es un método anticonceptivo natural (es muy raro que salga en cinta si está dando lactancia exclusiva), le da cierta protección contra el cáncer de mama y de ovarios. Además, en el pos parto inmediato libera hormonas que ayudan a que el útero se contraiga y no haya sangrado y quema una cantidad importante de calorías ayudando a que recupere su peso normal.

A través de la leche materna se le pasan no solo los mejores nutrientes, sino también anticuerpos producidos por la mamás. «Es el alimento mejor balanceado, que le permite al bebé desarrollarse con menos riesgo de desnutrición. Y, en promedio, los bebés que lactan tienen mejor coeficiente de inteligencia».

La legislación peruana promueve la lactancia materna, con un Reglamento de Alimentación Infantil (Decreto Supremo 009-2006 MIMDES), que incentiva una eficiente atención y cuidado de la alimentación de las niñas y niños hasta los 24 meses de edad.

Además, señala que si una mamá produce buena cantidad de leche y sin complicaciones, lo ideal es que solo aplique lactancia exclusiva porque si alterna con fórmula, la producción decaerá.

«Las leches comerciales no te pueden dar los anticuerpos que la madre ha aprendido a producir a lo largo de toda su vida, que previene diarreas, bronquitis, problemas de desnutrición y a la larga ayuda a un mejor coeficiente intelectual».

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